Pasé

Un hueco he tenido en mi agenda
para entrar en lugares que había olvidado.
No estoy tan ocupado como suena,
pero el tiempo me ha llevado para otro lado.

Decidí cambiar la rutina una vez
y visitar nuevamente a ese viejo diario,
ese viejo amigo y compañero
que mutuamente nos hemos extrañado.

Tengo decenas de papeles en la mesita de luz
que son machetes de esas conversaciones
que el tiempo no ha privado de tener,
y de las historias que no te he podido contar.

Recuerdo las charlas en las que imaginaba
tu sonrisa y tus ojos brillates como el agua,
atendiendo a los que decía, a veces sin sentido,
pero siempre con sentimiento.

Y otra vez suena esa maldita campana,
es el tren del tiempo y del apuro
al cual me sometido en esta nueva vida,
que espero me permita pasar a visitarte
y saber que estás ahí donde alguna vez te dejé.